.::Cartas Olvidadas::. [Fragmento]

Entender la situación de nuestras entrañas se ha complicado con el paso del tiempo. El viento que cernía interminables cayos sobre las colinas interiores deserticas otrora inundaba una húmeda planicie que terminaba con valles verticales y oasis abismales donde las aves se concentraban en su principal actividad diaria: el asesinato. [...] Las pequeñas cavidades dentro de los riscos que daban hogar a estas aves se encontraban ataviadas por minúsculas hojas, flores y ramas que servían como ornamento, a la vez que los cuerpos de las víctimas otorgaban al lugar un pintoresco toque de camuflaje. Así, estos pequeños animales se escondían por la noche en espera del alba, aunque pocos podían verla de nuevo; los primitivos primates acechaban feroz y cautamente a las aves, por lo que la población se veía reducida significativamente día tras día, no obstante su ágil reproducción. El mundo dentro nuestro era común, salvaje a su modo, común y sin grandes complicaciones, salvo las tormentas que de vez en cuando le arrebataban a todos su pequeño pedazo de tierra, mas fuera de todo aquello, la humedad y el funcionamiento se mantenía y continuaba evolucionando. [...] En este punto, el hábitat que nos abraza a diario se ha tornado insaciable, las aves han dejado de asesinar para sobrevivir y rebozar sus hogares, los primates se apoderan de los recursos que necesitan y aquellos que no sólo por el hecho de tenerlos, las planicies, valles, abismos, mares y demás sistemas han deteriorado su estado al grado de converger con los huesos y los nervios. [...]La alienación de los ecosistemas parecería estar en un punto de no retorno, aunque más bien la palabra "parecería" es un mero término simplista e inadecuado para la realidad que hemos eregido desde el primer momento que nuestro exterior tocó el suelo materno. Al final, estas entrañas se convertirán penosamente en parte de Ella, y espero, sinceramente, las extermine y evite cualquier proceso biológico que permita la regeneración, o inexplicable génesis que devuelva el terror a este miserable interior. [...] Podría decir que aún sin aquel indispensable ambiente podemos vivir, aunque en una realidad mucho menos parecida a la que construímos, y es que Ella exige la correlación dinámica de responsabilidad, misma que nuestra naturaleza se ha negado a cumplir. [...] Nuestras entrañas se comportan de un modo singular ante los dolorosos espasmos que las azotan, siendo "singular" un sinónimo de: indiferencia.

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